La incidencia de cáncer de próstata avanzado continúa creciendo en EEUU desde que el Grupo de Trabajo sobre Servicios Preventivos de EEUU (USPSTF, por sus siglas en inglés) lanzara una campaña en 2012 contra la realización de screening de PSA en hombres sanos. Una realidad tremendamente alarmante que se deduce de los resultados del estudio Prostate Cancer Incidence 5 Years After US Preventive Services Task Force Recommendations Against Screening, publicado hace unos días en el Journal of the National Cancer Institute.
Estudio sobre PSA y Cáncer de próstata
En esta investigación han analizado las tendencias en las tasas de incidencia de cáncer de próstata invasivo, desde 2005 hasta 2016, en hombres clasificados por edad, etapa de la enfermedad y raza/etnia. Durante el periodo 2012-2016 hubo crecimientos anuales significativos en el número de casos en etapa regional (un 11% por año) y en la enfermedad diseminada (5% por año). Al mismo tiempo, la incidencia de cáncer de próstata localizado en hombres de 50 años o más presentó una disminución muy significativa.
Estas dos tendencias, tal y como revela el estudio, han estado ocurriendo durante 10 años. Sin embargo, en el periodo 2010-2012, ha habido un incremento constante y muy pronunciado de los casos de cáncer de próstata avanzado. Según los resultados de la investigación, se podría confirmar un cambio en el patrón de la incidencia del cáncer de próstata desde que el USPSTF desaconsejara la realización de screening de PSA en hombres sanos a partir de 2012.
En los últimos años, en EEUU, la proporción de hombres sometidos a pruebas de PSA ha caído notablemente. En los hombres de 50 años o más, las tasas de sreening de PSA rutinarios han pasado del 40,6% en 2008 al 38,3% en 2010, cayendo hasta el 31.5% en 2013 y manteniéndose así en 2015.
La detección precoz del cáncer de próstata es clave
Esta caída anual de las tasas de screening de PSA resulta muy preocupante, dado que la detección precoz, en cáncer de próstata, es clave. Un diagnóstico temprano, no sólo va a determinar la evolución de la enfermedad y su pronóstico, sino también la calidad de vida de los pacientes.