La última newsletter de la European Association of Urology (EAU) recoge un artículo en el que el Dr. José Medina Polo y yo, Javier Romero-Otero, miembro del board del ESGURS, hablamos sobre el manejo de la fístula recto-urinaria compleja.
El abordaje quirúrgico de esta patología requiere de un equipo con amplia experiencia en cirugía reconstructiva del área genital masculina como el de nuestra Unidad, ROC-UCRA. En este sentido, nuestro grupo es uno de los dos acreditados en España por el Ministerio de Sanidad como referente (CSUR) para el tratamiento de la estenosis de uretra, la enfermedad de Peyronie, las fístulas urinarias, la incontinencia urinaria, el esfínter urinario y las prótesis de pene.
Fístula rectal
Las fístulas recto-urinarias son una patología poco frecuente. Los síntomas más comunes son la infección de urinaria de repetición junto con la emisión de orina por el recto o, alternativamente, de heces o gas por la uretra (fecaluria/pneumaturia).
La principal causa de la fístula rectal es la cirugía prostática, como complicación del tratamiento del cáncer de próstata, especialmente tras una prostatectomía radical. SIn embargo, otros procedimientos sobre la próstata pueden producirla, aunque en mucho menor medida.
En la mayoría de los casos, esta patología requiere reparación quirúrgica, siendo varios los posible procedimientos quirúrgicos. Los menos agresivos reportan buenos resultados en fístulas no complejas. Sin embargo, las fístulas complejas en pacientes que tuvieron cirugías previas o radioterapia previa pueden requerir una interposición de tejidos para lograr el cierre de la fístula y reducir la incidencia de recurrencia.
Esta cirugía debe ser abordada por un equipo multidisciplinar, formado por urólogos, especialistas en cirugía colorrectal y expertos en cirugía reconstructiva urológica.
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