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Vasectomía: cirugía y efectos en la sexualidad

Cirugía vasectomía


La vasectomía consiste en la sección y ligadura de los conductos deferentes, que son los tubos que llevan los espermatozoides desde los testículos hasta la uretra, con el objetivo de esterilizar al hombre e impedir el embarazo.
Cuando se seccionan los conductos deferentes, se consigue que los espermatozoides no hagan este recorrido y por tanto no lleguen a la uretra con la eyaculación. Así se impide la salida de los espermatozoides ya que se les ha ocluido la salida habitual.
Efectos de la vasectomía
Contrariamente a algunas creencias, el paciente tras una vasectomía sí que sigue emitiendo semen. Y es que se debe tener en cuenta que el semen lo forman en un 5% de su volumen los testículos y el 95% restante las vesículas seminales y la próstata. Teniendo esto en cuenta, lo que ocurre es que, un paciente con vasectomía, emitirá semen pero lo hará sin espermatozoides. Además, tras esta cirugía, por lo general, el volumen de eyaculado es el mismo, de hecho, la falta de volumen es prácitcamente inapreciable.
En la misma lína, tanto el placer como el orgasmo que se alcanza es exactamente igual y lo único que varía es que desaparecen los espermatozoides del eyaculado lo que imposibilita el embarazo, es decir, la fecundación de un óvulo durante la relación sexual.
Cirugía, antes y ahora
Clásicamente, la cirugía se realizaba en un quirófano, de forma abmulante, con anestésico local. Mediante una jeringa y una aguja se inyectaba el anestésico en los dos cordones de los testículos y así se anestesiaba la zona. Seguidamente, se hacía una incisión, de aproximadamente un centímetro o de un centímetro y medio, a través de la cual se sacaba el deferente, se seccionaba y se ligaba.
Como consecuencia, luego podían aparecer molestias vinculadas a esas pequeñas incisiones o por el pinchazo de la aguja y, aunque las complicaciones no son frencuentes, sí que se puede interferir en el desarrollo del día a día habitual del paciente.
Hace años en China y Estados Unidos se desarrolló la vasectomía sin agujas ni busturí. Gracias a esta nueva técnica se ha logrado realizar un procedimiento con los mismos resultados funcionales que la cirugía tradicional pero que es mucho menos agresiva, que presenta menos complicaciones y que facilita una recuperación postoperatoria de forma mucho más rápida.
Este nuevo procedimiento consiste en fulgurar anestésico a través de la piel con un pequeño pinchazo que apenas se nota. De esta forma ya queda anestesiada la zona y  se puede comenzar la intervención que se basa en hacer un pequeño desgarro sin bisturí. Se trata de una incisión milimétrica en la piel (de entre 1 ó 2 milímetros) y a través de él se producela colusión de los deferentes consiguiendo el mismo resultado funcional pero, como decíamos, con menor dolor postoperatorio dado que no hay incisiones ni sangrado.
Los buenos resultados de esta técnica hacen que se esté imponiendo a nivel mundial y actualmente está a disposición de todos los varones que deben someterse a una vasectomía y que deseen una intervención menos dolorosa y con una más pronta recuperación.
La vaso-vasostomía
Puede que un paciente al que se le ha precticado una vasectomía se arrepienta y desee tener hijos. En ese caso la solución es la vasovasostomía. Esta cirugía consiste en unir los segmentos de conducto deferente seccionados en la vasectomía. Con la vasovasostomía se recupera la posibilidad de conseguir un embarazo mediante relaciones sexuales, ya que se crea una vía libre de paso para los espermatozoides.

Blog del Dr. Romero Otero