Septiembre y Noviembre son meses especiales del año dedicados a la salud prostática.
Aprovechamos este evento para recordar algunas claves que debemos siempre tener al día en relación a esta enfermedad que afecta a uno de cada siete hombres según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), algo más de 30.000 casos en España.
Otra clave importante es recordar que, si bien el índice de afectados crece, también crecen las perspectivas de los pacientes para su superación. Más del 90% de los afectados sobrevive gracias a los modernos tratamientos que se pueden llevar a cabo en la actualidad.
No se conoce la causa, pero es probable que exista alguna relación con hormonas, edad, raza y tiene un claro componente genético (si un familiar de primer grado lo padece aumenta el riesgo de padecerlo). A diferencia de otros tipos de cáncer, el de próstata evoluciona de forma muy lenta.
¿Qué es la próstata?
La próstata es una glándula del tamaño de una nuez que se encuentra justo debajo de la vejiga frente al recto. La función normal de la próstata es secretar parte del líquido seminal que protege y nutre a los espermatozoides que transporta el semen.
Durante las relaciones sexuales, la próstata expulsa este líquido que a través de la uretra sale en la eyaculación. Por esta razón debemos entender que la próstata es necesaria para la actividad sexual normal y la reproducción.
¿Cuáles son los síntomas y los factores de riesgo para el cáncer de próstata?
Con el paso de los años, especialmente a partir de los 55 años la próstata puede causar problemas. Puede mostrar un crecimiento no canceroso, una inflamación denominada hiperplasia benigna de próstata o puede mostrar su peor cara como cáncer.
En muchos hombres con cáncer de próstata aumentan las inestabilidades del sistema urinario, síntomas como debilidad en el chorro o flujo lento, pérdidas de peso no muy explicables, dolores de espalda y huesos, entre otros.
Gracias a la prueba del PSA o análisis del antígeno prostático a través de un análisis de sangre muchos varones pueden ser diagnosticados de manera muy prematura lo que ayuda a la curación de la enfermedad con índices muy positivos.
Se considera que los hombres afroamericanos corren mayor riesgo de padecer cáncer de próstata y se recomienda que tengan una exploración precoz. Por otro lado, los antecedentes familiares también aumentan el riesgo.
¿Qué pruebas suelen realizarse para detectar el cáncer de próstata?
Además del mencionado análisis del PSA y el tacto rectal, en los últimos años hay otros tipos de análisis de sangre que consiguen estimar el riesgo de cáncer de próstata como la Puntuación de Riesgo Genético usado ya en otras enfermedades y que mide diferentes variaciones en el ADN de un hombre asociadas con el factor de riesgo de cáncer de próstata.
¿Cuáles son las edades de alarma del cáncer de próstata?
A día de hoy, no hay un consenso en cuanto a qué cifras nos permiten realizar un cribado positivo o negativo, la Unión Europea prescribe los 55 años mientras que en otros continentes se aproxima a los 45 como edad recomendable para activar las pruebas.
¿Cómo se aplican los tratamientos ante enfermedades de próstata?
Tradicionalmente se aplicaba biopsias de próstata para varones con valores anormales de PSA, pero hoy en día este abordaje sigue siendo invasivo y doloroso.
En los últimos años, otras pruebas ayudan a completar los diagnósticos de manera menos agresiva como el 4K Score, o la resonancia magnética.
¿A qué velocidad se propaga un cáncer de próstata?
El análisis del patólogo de las muestras extraídas de la biopsia puede determinar diferentes tipos de tumores y su nivel de agresividad. Con todo ello se obtiene la conocida como Puntuación de Gleason que nos determinará la probabilidad de propagación.
¿Cuáles son los principales tratamientos para el cáncer de próstata?
Depende del nivel del tumor, su factor de riesgo y potencia de expansión pueden encontrarse casos donde es suficiente una vigilancia activa donde si realizan biopsias periódicas y controles regulares de PSA. A estas se unen otras pruebas genómicas que nos ayudarán a comprobar si la enfermedad se desarrolla con más rapidez.
En otros grados de enfermedad avanzada los tratamientos incluirán cirugía: prostatectomía radical, cirugía robótica asistida y otras técnicas mínimamente invasivas o radiación: braquiterapia o radiación de intensidad modulada.
En cualquiera de los casos recuerda acudir siempre a especialistas urólogos con experiencia acreditada en este tipo de intervenciones. Nosotros tenemos un largo historial en tratamientos de esta enfermedad y estamos a tu disposición si tienes alguna consulta. Contactar