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Patologías urológicas en bebés

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Tratamientos tempranos en caso de enfermedades urológicas de bebés

En la temporada estival los niños son un colectivo protagonista. Por ellos y para ellos se dedican máximos esfuerzos en lo referente a posibles patologías y dolencias que afecten a este grupo más frágil.

Padres atentos

Desde nuestra perspectiva, queremos comentar hoy sobre algunas enfermedades que afectan directamente al aparato urinario en la infancia. Sea cual sea su etapa de desarrollo. Y que son, en los últimos años, más frecuentes de lo que realmente desearíamos.

Muchas de estas enfermedades urológicas de bebés, no hace mucho tiempo, ponían en peligro la misma vida del crío. En cambio, ahora la medicina y la investigación y la cirugía están siendo capaces de convertir a estos niños en jóvenes y adultos a los que se consigue mantener su función renal y miccional. Y además se supera el reto de su demanda sexual y sus deseos genésicos de poder tener descendencia a lo largo de la vida.

Como en el resto de dolencias, la detección y el diagnóstico temprano ayudan a la aplicación de un tratamiento en fases iniciales. Con esto nos podemos ahorrar muchos disgustos y complicaciones. Por lo tanto, pedimos a los padres o tutores que estén atentos a los problemas de sus hijos.
Como decíamos no es raro, y todos conocemos casos, en los que un bebé nace con cierto tipo de problemas localizado en sus genitales: pene, testículo, o escroto. Si es así, convénzase de que la urología pediátrica está en un alto nivel y podrá hacer las cosas realmente bien.

Entre estas enfermedades urológicas de bebés más comunes están las que citamos a continuación:

Testículos no descendidos o criptorquidia

Los urólogos pediatras se encuentran con mucha frecuencia con esta situación. En esta el bebé, especialmente los prematuros, nacen con un testículo no descendido. O que incluso afecta a los dos en algunos casos. Los testículos no bajan al escroto. Aunque, en la mayoría de los casos, acaban descendiendo entre los 6 y 9 meses de edad. Generalmente caen solos en este tiempo y si no es así hay que valorar si es necesaria una intervención quirúrgica.

Los últimos estudios coinciden en afirmar que los testículos en esta situación tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer. Por esta razón se recomienda que en si no ha descendido de manera natural antes del año de edad debe intervenirse quirúrgicamente. De esta forma se soluciona el elemento estético y la prevención del cáncer.

Tras estas acciones el niño deberá realizar autocontroles con regularidad por si detecta algún cambio, irregularidad o hinchazón.

Hipospadias: pene deforme

En algunas ocasiones los urólogos encontramos casos donde el bebé tiene un pene anormal. La alteración congénita más frecuente, pero reparable en casi todos los casos, es la llamada hipospadia. Una anormalidad que incluye, en los casos más extremos:

  • un orificio urinario en la posición incorrecta
  • una curvatura en el pene
  • una afección llamada cordal
  • un prepucio incompleto.

Estas alteraciones deben ser corregidas ya que el niño se ve imposibilitado para vaciar la orina. Además le afectará más adelante en sus relaciones sexuales que se harán incómodas e incluso puede llegar a afectar la fertilidad.
Lo ideal es realizar un abordaje quirúrgico que ataca todas las imperfecciones y se corrigen. La edad mejor para hacerlo entre 6 y 18 meses. Ya que con estas edades el crío aún usa pañales, no tiene una conciencia genital madura y no esté circuncidado. Por lo que es más probable que no recuerde la intervención con el paso del tiempo.

Epispadias

Este tipo de patología en la contraria a la hipospadias. Una enfermedad o malformación congénita que también se desarrolla en mujeres y es menos frecuente. La malformación consiste en que el orificio urinario aparece en la parte superior del pene. La orina no sale al exterior por su lado natural y produce claramente esta alteración que hay que corregir para evitar infecciones, reflujo de la orina, etc. En estos bebés, el agujero se reubica quirúrgicamente en la punta del pene.

Hidrocele: Escroto hinchado

Un escroto hinchado y lleno de líquido se conoce como hidrocele. Cuando está presente en el momento del nacimiento, generalmente desaparece a la edad de un año. Hay hinchazón testicular y aunque no es doloroso se mantiene la sensación molesta del líquido en movimiento. Una hidrocele puede presentarse en uno o en ambos lados. Puede ser congénito o puede aparecer más tarde en niños mayores desarrollado por causa de un traumatismo en el escroto, una enfermedad de transmisión sexual o un tumor.

La evaluación por parte del especialista debe ser inmediata para la valoración en conjunto de la situación que llevará un examen físico y pruebas de ultrasonido.

Para concluir, queremos añadir que estas enfermedades urológicas de bebés suelen ser síndromes pluripatológicos que vienen asociadas a patologías del aparato urinario. En nuestro centro, el Hospital Universitario 12 de Octubre, tenemos, desde hace muchos años, una consulta para centralizar estos síndromes compuesta por diferentes especialistas para intentar tener una visión global de la persona y poder ayudarle de la mejor manera posible.

Te recordamos que ante cualquier necesidad urológica contactes con nuestro equipo. Será un placer atenderte.

 

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Javier Romero Otero ESSM Executive Committee

Estoy muy satisfecho de nuestra labor desarrollada durante los últimos quince años. En los distintos campos de nuestro ámbito hemos realizado grandes contribuciones. Ya sea el de la Patología Prostática, la Cirugía Reconstructiva del área genital o la Andrología. Esto ha dado lugar a que seamos considerados líderes científicos y clínicos en el ámbito del

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